viernes, 31 de enero de 2014

Diseño Editorial

Diseño Editorial

El diseño editorial es la rama del diseño gráfico y del diseño de la información que se especializa en la maquetación y composición de distintas publicaciones tales como libros, revistas o periódicos.
Incluye la realización de la gráfica interior y exterior de los textos, siempre teniendo en cuenta un eje estético ligado al concepto que define a cada publicación y teniendo en cuenta las condiciones de impresión y de recepción.

Se busca lograr una unidad armónica entre el texto, la imagen y diagramación.
El diseño editorial se desarrolló a partir del Renacimiento -mediados del siglo XV- con la invención de la imprenta de tipos móviles, que produjo una revolución cultural.

Revistas: Es una publicación de aparición periódica, a intervalos mayores a un día. Las revistas ofrecen una segunda y más exhaustiva revisión de los sucesos, sea de interés general o sobre un tema más especializado.

Libro: Son publicaciones más extensas, de más de 25 hojas. Están unidas por una lado y protegidas con tapas. Podemos encontrar distintos tipos de libros, por ejemplo:
libros de arte, científicos, libros de texto, recreativos, novelas, de referencia, de viaje, biografías entre otros.

Carteles: Consiste en una lámina de papel, cartón u otro material que se imprime con algún tipo de mensaje visual (textos, imágenes y todo tipo de recursos gráficos) que sirve de anuncio para difundir una información o promocionar un producto, un evento, una reivindicación o cualquier tipo de causa.

Postales: Es una pieza rectangular de cartulina, o cartón fino, preparada para escribir y enviar por el correo tradicional, sin necesidad de usar un sobre.

Catálogos: Es una obra impresa en la que las empresas muestran su oferta de productos y servicios a los clientes. El catálogo se renueva periódicamente, en muchas ocasiones con periodicidad anual. En la industria de la confección se cambia conforme se van lanzando las colecciones en lo que se llama catálogo de temporada.

Folletos: Es un impreso de un número reducido de hojas, que sirve como instrumento divulgativo o publicitario. también un folleto puede ser un díptico o tríptico.

Manuales: Es el documento que contiene la descripciòn de actividades que deben seguirse en la realización de alguna función.

Instructivo: Publicaciones más cortas que tiene el propósito de orientar los procedimientos en forma detallada, clara y precisa para realizar alguna actividad ya sea simple o compleja.
Todo trabajo de diseño se debe regir por una estructura previamente estudiada. Esto permite obtener claridad, legibilidad y funcionalidad a la composición, además de facilitar el trabajo creativo.
Existe un método para resolver los problemas planteados a la hora de diseñar un catálogo, una revista, o cualquier otra publicación. La red o retícula, que consiste en dividir el espacio en pequeños rectángulos que sirven de guía para la ubicación de los elementos. Una retícula te permite jugar con el espacio y crear distintas composiciones que se ven armónicas y ordenadas en conjunto.

miércoles, 22 de enero de 2014

14 curiosidades sobre el diseño gráfico ~ Culturizando

14 curiosidades sobre el diseño gráfico ~ Culturizando

Diseño Gráfico Publicitario

Diseño Gráfico Publicitario


Las marcas constituyen un importante factor en la generación de riqueza para la sociedad. Así lo determina un estudio realizado, en el que se cuantifica el valor que tienen en diferentes magnitudes fundamentales de la economía española y se destaca su alta contribución a la generación de empleo, que este análisis fija en el 33 por ciento.
El estudio fue presentado la semana pasada en el Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
En él se destaca el papel clave de las marcas en el sector del comercio, en la proyección exterior del país, en el impulso de la I+D, en la contribución al empleo, en aportación al producto interior bruto (PIB), en ingresos para la Administración por tributos, y en inversión en publicidad.
Según este estudio, son atribuibles a las marcas el 40 por ciento del PIB de España y el 45 por ciento de sus exportaciones. Aportan cerca de la mitad de los ingresos tributarios públicos (unos 73.500 millones de euros, un 46 por ciento) y 70.500 millones en cotizaciones a la Seguridad Social. Su impacto sectorial es superior al de la construcción y las actividades inmobiliarias. Representa una participación en la inversión publicitaria superior a las tres cuartas partes del total invertido en este concepto, en el que la automoción, con una inversión superior a los 512 millones de euros, es el sector de un mayor presencia. Las inversiones atribuibles a ellas suponen más de la mitad del total (unos 4.100 millones de euros). Cifras similares alcanza su participación en el comercio electrónico en España.
El análisis del impacto de las marcas sobre el empleo es considerado como uno de los elementos fundamentales. Según estadísticas de 2010, las cifras de empleo que pueden adjudicarse a la aportación de las marcas a los sectores analizados es de más de seis millones de puestos de trabajo, casi un 41 por ciento del total del empleo en los sectores examinados y un 33 por ciento del total de empleo en la economía durante ese año. En concreto suponen entre el 60 y el 65 por ciento del total de empleo generado por el sector comercial.

“El valor y la importancia de la marca radican en su capacidad para contribuir al establecimiento de relaciones de confianza entre empresas y consumidores. Las marcas son un elemento estratégico fundamental para las empresas”, señalan los autores de este estudio.

Teorias Relacionadas Sobre las Marcas de DISEÑO

La marca

Es una de las variables estratégicas más importantes de una empresa ya que día a día adquiere un mayor protagonismo. No hay que olvidar que vivimos actualmente una etapa bajo el prisma del marketing de percepciones y por tanto resalta la marca frente al producto. Para estar bien posicionados en la mente del consumidor y en los líderes de opinión, la marca de nuestra compañía debe disfrutar del mayor y mejor reconocimiento en su mercado y sector.
Según la Asociación Americana de Marketing, marca es un nombre, un término, una señal, un símbolo, un diseño, o una combinación de alguno de ellos que identifica productos y servicios de una empresa y los diferencia de los competidores. Pero, la marca no es un mero nombre y un símbolo, ya que, como comentaba anteriormente, se ha convertido en una herramienta estratégica dentro del entorno económico actual. Esto se debe, en gran medida, a que se ha pasado de comercializar productos a vender sensaciones y soluciones, lo que pasa inevitablemente por vender no sólo los atributos finales del producto, sino los intangibles y emocionales del mismo.

Cada vez los productos se parecen más entre sí y es más difícil para los consumidores distinguir sus atributos. La marca es, además del principal identificador del producto, un aval que lo garantiza situándolo en un plano superior, al construir una verdadera identidad y relación emocional con los consumidores. Podríamos decir que la marca se forma por la unión de dos factores:

La identidad corporativa y la imagen corporativa

La diferencia entre una y otra es que la primera se sitúa en el plano del emisor y la segunda en el del receptor. El diseño de la identidad corporativa queda recogido en un manual tras un proceso meditado de análisis, desarrollo y estudio del conjunto de valores y creencias que conforman la personalidad de la empresa. Todo ello plasmado en un logo-símbolo, es decir, en una tipografía determinada (logotipo) y en la imagen o recursos gráficos que la acompañan (anagrama).
Para la elaboración del manual de identidad corporativa conviene plantearse:
  • ¿Qué se quiere transmitir? Lo primero, hay que determinar cuáles son los valores con los que se desea que se identifique a la empresa. Para ello, hay que analizar factores como el sector en el que actúa, la competencia, los puntos fuertes que valoran los clientes, etc.
  • ¿Cómo se va a transmitir? Esto implica elegir el nombre y los símbolos que acompañarán a la marca. Teniendo en cuenta que ésta representará a la empresa a lo largo de su vida, su atractivo deberá perdurar a lo largo del tiempo.
El logotipo o nombre es quizá lo más importante porque, al final, es por lo que la empresa va a ser reconocida y diferenciada. Éste debe ser breve, sencillo, fácil de pronunciar y con buena sonoridad. Además, tiene que aportar grandes dosis de asociación y evocación.

Por lo que se refiere a la imagen de marca, es el valor que percibe el mercado de ella y se forma como resultado acumulativo de todos los mensajes que emite la empresa. Para conseguir un buen posicionamiento y una imagen positiva es fundamental que todos los mensajes emitidos a través de la empresa y sus productos estén controlados, sean coherentes entre sí, y comuniquen una idea de empresa previamente formulada en función de sus objetivos estratégicos.
De una correcta gestión de ambos elementos depende en gran medida conseguir la notoriedad y la diferenciación que se pretende. Es decir, evitar que seamos uno más, y situarnos dentro de las marcas reconocidas y preferidas por el consumidor. Actualmente Coca-Cola es, según el informe Interbrand, la marca más reconocida y valorada en el mercado con un valor superior a los 68.000 millones de dólares, la marca española Zara es, en principio, la única de nuestro país que se encuentra dentro del ranking de las 100 primeras.
Para construir una marca poderosa, no sólo hay que tener un buen producto y capacidad creativa, sino que habrá que:
  • Crear un nombre fácil de memorizar, aunque a veces la realidad nos demuestre lo contrario.
  • Alcanzar un alto nivel de identidad visual.
  • Emitir emociones y sensaciones que simbolicen lo que el mercado espera de la marca.
  • Tener adaptabilidad a todos los elementos de la empresa y diferentes mercados.
  • Destacar una sola idea del producto o la empresa en todas las áreas de comunicación.
  • No desarrollar una campaña publicitaria complicada que dificulte al consumidor memorizar la marca.
  • Organizar un sistema comercial eficaz y un efectivo departamento de atención al cliente.
  • Alcanzar buen posicionamiento en la red.
Ventajas de crear una marca fuerte y consolidada:
  • Diferenciación frente a la competencia.
  • Los costes de marketing se reducen puesto que la marca ya es conocida.
  • Mayor facilidad en la venta de los productos a la distribución porque los consumidores esperan encontrar esa marca.
  • Permite subir los precios por encima de la competencia porque los consumidores perciben la marca de mayor calidad.
  • La empresa puede crecer más fácilmente porque el nombre de la marca encierra gran credibilidad.
  • La marca ofrece una defensa frente a la competencia de precios. 

 Claves para conseguir el éxito sostenido de la marca

  • Aportación de valores acordes a las expectativas del consumidor.Tradicionalmente la calidad del producto se asociaba a los procesos técnicos, a la ingeniería o a las mejores materias primas. Sin embargo, hoy, las expectativas de los consumidores van mucho más allá de la calidad del producto. El diseño, por ejemplo, se ha convertido en algo fundamental, no sólo desde el punto de vista funcional, sino por su valor estético y original.
  • Seguir siendo relevante para cada audiencia en cada momento. Las compañías deben continuar trabajando en la segmentación de sus productos y marcas. Ofrecer uno solo, dirigido a un target muy amplio, u orientarse a distintos públicos de la misma manera, son cosas obsoletas. Crece el número de compañías con una amplia variedad de productos y que trabaja en su segmentación para que la oferta sea customizable, más a medida.
  • Maximizar la percepción del valor. El precio captura la percepción del valor. Por defecto, entre dos marcas aparentemente iguales, una reacción frecuente en el mercado es pensar que la de mayor precio es mejor, justificando de alguna manera la diferencia del importe. Pero existen otras formas para que el cliente perciba un producto mejor que el de la competencia.
  • Insistir en diferenciarse: ser únicos y creíbles. Un posicionamiento estratégico y creativo es fundamental para el éxito de la marca. Además, se debe estar siempre alerta para lograr que ese posicionamiento se consolide. Un caso muy ocurrente ha sido el lanzamiento de agua de sabores de Font Vella Sensación, un producto que ha brindado a Font Vella otra dimensión para diferenciarse, e incluso para arraigar la marca. Supone el cumplimiento con el consumidor: promesa hecha, promesa cumplida. En una sociedad repleta de publicidades engañosas, el valor de la honestidad es realmente apreciado y agradecido por el consumidor.
  • Equilibrar el binomio consistencia/flexibilidad. Trabajar supone ser consciente pero flexible al mismo tiempo. En un momento de cambios y avalancha de nuevas ofertas permanentes, es imprescindible mostrar la consistencia de la marca. Por supuesto, hay que estar al día con las tendencias, pero sin dejar de ser fiel a uno mismo.
  • Optimización de la arquitectura de marca. Las compañías revisan constantemente su arquitectura de marca. Supone una forma de optimizar las marcas que pertenecen a una misma compañía o de asegurarse de que existen sinergias entre marcas distintas vinculadas por fusión, adquisición, creación o división. Las sinergias entre marcas o productos pueden disminuir considerablemente los costes y ayudar a lanzar un mensaje común al consumidor. Desde la perspectiva de utilización de elementos en común para la fabricación, distribución, venta, promoción e incluso publicidad, también puede suponer un ahorro de costes.
  • La estrategia de la marca debe ser entendida y asumida por los empleados. Cada integrante de la empresa representa a la marca, y ésta tiene que ser el eje central de la organización, su principio. De ahí se deriva la intensa vinculación que debe existir entre los valores de la marca y los miembros de la empresa, que tienen que sentirse partícipes e implicados. Para esto, es fundamental un plan de comunicación interno constante, informativo y bidireccional, capaz de recibir ideas y propuestas.
  • Gestionar las marcas como valor seguro a largo plazo. La gestión de la marca a largo plazo implica analizar los direccionadores de valor y medirlos, supone estar siempre al día sobre las nuevas tecnologías, mercados, formas y tendencias; consiste en medir y manejar.
  • Integrar al consumidor en el desarrollo de las marcas. Preguntar al consumidor sobre sus necesidades es otra de las tendencias del marketing actual. La integración del consumidor adquiere cada vez un papel más importante. Las necesidades cambian y también las preferencias de la gente. Por eso, los empleados de Zara prestan tanta atención a qué valora o echa en falta su público al ver y probarse su ropa. Consideran esa información muy valiosa y la utilizan para diseñar productos acordes con las necesidades del consumidor.
  • Apoyar inquietudes sociales compatibles con la marca le añade valor. Las compañías deben ser más inteligentes a la hora de responder a los valores éticos: convertirse en mecenas de inquietudes sociales es, sin duda, un valor añadido y una categoría para la marca.

La marca del distribuidor

Este fenómeno del consumo y del distribuidor inició su andadura en los años 80 con la denominación de marca blanca, pero es actualmente cuando ha adquirido un gran protagonismo, acentuado por el fenómeno de Mercadona y sus marcas Hacendado y Delyplus. La evolución positiva de las marcas de distribución es una de las claves de la competencia vertical entre fabricantes y grandes superficies, ya que comercializado el producto con el nombre del establecimiento, ofrece por lo general una relación calidad-precio altamente competitiva.

El Cartel

Historia del Cartel Publicitario

Los carteles sirven para una gran variedad de funciones, mientras que algunos nos inspiran y elevan, otros son creados para vender. Por definición, cada cartel tiene un mensaje, ya sea la promoción de un evento cultural, un candidato o un jabón, el diseño contiene y transmite un mensaje, a veces de forma poética pero más a menudo con energía y urgencia. 

La historia del cartel refleja los cambios de la moda y las inquietudes de la sociedad, durante la industrialización en el siglo XIX los fabricantes promovieron sus productos y servicios con carteles modernos que hacían su aparición por primera vez en tanto que los movimientos políticos y económicos necesitaban una manera de influir en la gente y comunicarles ideas. Estas necesidades coincidieron con los avances en las técnicas de impresión que hicieron posible la creación de carteles efectivos y baratos. 
La fecha de elaboración de los primeros impresos en China no es conocida, pero se sabe que las imágenes eran cortadas en bloques de madera, la tinta se aplicaba en la superficie no cavada y entonces se colocaba el papel sobre el bloque de madera permitiendo que la imagen se transfiriera al papel. Esta técnica halló su utilidad en la confección de carteles utilizando la tipografía de madera o metal y con el grabado sobre madera, el crecimiento de la publicidad inspiró a los diseñadores de tipos a desarrollar estilos decorativos en la tipografía para adornar hojas volantes y folletos. 

Los impresores, más que los diseñadores gráficos, crearon estos primeros prototipos de carteles hasta el desarrollo del fotograbado en la segunda mitad del siglo XIX. Con la invención de la litografía gracias a Aloys Senefelder en 1796, un mundo nuevo se abrió para los diseñadores, las imágenes se dibujan directamente sobre una piedra plana con pigmentos de base grasa. La piedra se humedece completamente antes de la aplicación de tintas de impresión y la tinta es repelida por las zonas humedecidas. 
 
 

Sólo unos pocos sobresalen con esta técnica, entre ellos están los Beggarstaffs, James Pryde y William Nicholson, los cuales producen poderosos carteles con formas simplificadas, mientras, las tres docenas de posters de Théophile-Alexandre Steinlen se elaboraron con formas más figurativas mostrando escenas de la vida cotidiana en París. Un número similar de posters de Henry de Toulouse-Lautrec se han convertido en clásicos bajo cualquier estándar, sus trazos extraordinarios muestran sus puntos de vista en la cultura de cabaret de esa época en París. Por otra parte Alphonse Mucha, el artista checo, llevó al estilo Art Nouvea a su cénit, sus figuras femeninas están rodeadas de formas florales y tipografía que fluyen a su alrededor. El famoso y parodiado cartel de Montgomery Flagg, “I Want YOU for the US Army”, de 1917, fue impreso también con el método litográfico. 

A la litografía le siguió el desarrollo de la impresión offset, que ha permitido desde su invención las impresiones de alta calidad que son utilizadas en la actualidad para periódicos, revistas y carteles. Las últimas novedades, la impresión digital, la xerografía, y ahora los programas informáticos, han dado a Shigeo Fukuda y a sus colegas de todo el mundo la capacidad de poner en papel casi cualquier cosa que puedan imaginar. 
 



Durante la primera mitad del siglo XX, el estilo de la tipografía y los gráficos utilizados en los carteles seguían generalmente la moda imperante en todos los aspectos del diseño, desde los trabajos decorativos en estilo victoriano pasando por la más austera Arts and Crafts de Glasgow y Viena hasta las sinuosas formas del Art Nouveau. 

El movimiento moderno incluye el expresionismo con la obra de George Grosz y otros, la reforma alemana que fue realizada en la Bauhaus, la escuela de vanguardia ubicada primero en Weimar y posteriormente en Dassau. El período constructivista en Rusia incluye carteles y películas de Georgy y Vladimir Stenberg, son coloristas carteles promocionando películas en blanco y negro con imágenes flotantes y titulares que operan en planos ilógicos, fragmentos de fotografía son combinados con pesados gráficos que explotan en la página. 

Lucien Bernhard fue un modernista pionero que basó su trabajo en el ahorro, carteles con publicidad directa que son obras maestras de economía, los elementos eran a menudo simplemente el nombre de la compañía en letras grandes y un dibujo mostrando el producto, con una fuerza que puede ser considerada el arquetipo de todo cartel. 

El Art Decó irrumpió en la escena parisina en 1925, mientras el modernismo exigía la eliminación de la decoración, el Art Decó lo trajo de vuelta a través de sus figuras geométricas, los carteles de A. M. Cassandre representan el espíritu del Art Decó que afectó a la arquitectura, el mobiliario, la moda y el diseño gráfico, un gran número de tipografías que aparecieron en la época fueron utilizadas por Cassandre junto a sus imágenes mecánicas y tridimensionales. 

La filosofía del diseño suizo fue enseñada en la escuela de Basilea, donde Kenneth Hiebert explicaba que la metodología de la escuela deriva de la idea de que “la estructura abstracta es el vehículo de la comunicación, se basa en un análisis que profundiza y cuestiona rigurosamente todas las partes del mensaje, que actúa en la búsqueda de la expresión adecuada, obliga al diseñador a investigar incluso en la porción más pequeña del mensaje, para aislar su esencia básica de las consideraciones de estilo de su superficie”. Herbert Bayer y Josef Müller-Brockman fueron destacados profesionales en un período en el que aparecieron las reproducciones de gran formato de fotografías e ilustraciones. 

La segunda mitad del siglo XX vio aparecer diseños que no seguían rígidamente el estilo de la época, mientras que el modernismo aún persiste, se ha creado una ecléctica variedad de carteles, por ejemplo los carteles creados en Estados Unidos en los años sesenta con un estilo psicodélico, fueron una aberración, retomaron el Art Nouveau para promocionar conciertos de rock con una tipografía casi ilegible. 

El diseño oscila ahora de un libre y poético misterio a una explosión de collage e innovación que aparece con cada avance tecnológico que los medios electrónicos ofrecen.
 


Marcas De Diseño Grafico


Antecedentes historicos de las marcas de Diseño

Todo lo que se registra legalmente en propiedad en el mundo de las marcas se distingue por su signo genérico internacional: la letra R dentro de su círculo.
Así nació la marca moderna: a partir del nombre registrado. Sobre esta base se aseguraría su circulación de boca en boca y se despertaría la confianza de los consumidores. El respaldo constante de la marca era la garantía de responsabilidad del fabricante.
A principios del siglo XVIII, en Estados Unidos, Inglaterra y Alemania había aparecido ya la primera publicidad. Desde 1825, el encendedor de seguridad Phénix se anunciaba en Francia por medio de carteles. En 1831 aparecieron publicitariamente las lámparas de gas de L'Étoile. El agua de Botot se dio a conocer en 1840. La Revue Blanche se anunciaba, en 1894, en un célebre cartel de Pierre Bonnard y, en 1897, el papel Job en un cartel de otro artista: Alphonse Mucha. El famoso cartel de Anís del Mono, de Ramón Casas, es de 1898, época en que apenas había nacido el anuncio redaccional. 

«El primer anuncio de publicidad es de Nabisco -afirma José Luis Moreno-: mientras el tendero duerme, las ratas se introducen en los sacos de galleta a granel, algo que no podría suceder con un producto empaquetado. Los consumidores empezaron a pedir esa marca porque les ofrecía seguridad. Y se redujo el poder del intermediario que, sin embargo, volvería a arrebatárselo años más tarde al fabricante: es el nuevo poder de la distribución.» 

No sabemos si éste fue realmente el primer anuncio publicitario, porque el autor del comentario no facilita la fecha, pero lo que sí es posible es que éste fuera, si no el primer anuncio, sí el más agresivo. De todos modos, la tónica general de la época era la publicidad, que se inauguró con el cartel. Los anuncios redaccionales o argumentativos no llegarían hasta principios del siglo xx. 

«En octubre de 1895 la revista Printers'Ink publicaba las siguientes palabras precursoras: "Probablemente, cuando haya mejorado nuestra cultura, el escritor de anuncios estudiará psicología. Por extraño que en este momento pueda parecer a muchos, el escritor de anuncios y el psicólogo tendrán un gran objetivo común".» 

La marca tenía entonces el sentido de una firma o sello de fabricante asociado al producto, más que la intencionalidad de vender la marca. De hecho, el desarrollo y la potencia de la marca no llegarían hasta el momento en que fue posible su promoción. Primero vino el impreso -cartel, anuncio, folleto, prensa, etc.-. Luego, el correo fue un buen modo de difusión del anuncio publicitario (a principios del siglo xx se llamaba «publicidad por correspondencia»). La publicidad se extendió en el exterior con los cartelones y en las ciudades con los anuncios luminosos y el neón. Después vino la radio, el cine ... y el marketing, la aportación más importante del siglo xx a la historia del comercio. 

Las marcas se animaron entonces con una vida nueva, pues la publicidad aumentó bruscamente la notoriedad de los productos mediante su difusión y repetición y, con ella, aumentó también el valor mercantil. La promoción de las marcas -no la de los productos, que era algo diferente- se inició entre 1880 y 1900. Era la época en que William Hesketh Lever. el genio comercial que fundó Lever. desarrolló, contrariamente a la tradición, una intensa campaña para su primera marca Sunlight. Este jabón se vendía normalmente a granel, en barras grisáceas de calidad desigual, y Lever se propuso convertirlas en un jabón de calidad diferenciada y constante. El nombre Sunlight lo eligió entre una lista de nombres posibles que le ofreció un agente de patentes de Liverpool, y mandó registrarlo inmediatamente. Sabía que era un nombre perfecto (breve, evocador, recordativo) y sabía lo que iba a hacer con él. 

Lo que hizo fue dar nombre propio y distintivo a un producto que hasta entonces había sido anónimo y prácticamente igual a los demás jabones del mercado. Uno de los competidores de Lever, Christopher Thornas. estaba convencido de que aquel proyecto era imposible, y lo expresaba así: «La diferencia de calidad entre los distintos jabones en barra es escasa o incluso nula; todas son el mismo jabón. Por tanto, es imposible intentar crear una demanda por medio de la publicidad». 

Pero Lever envolvió su jabón en una imitación de pergamino, lo envasó en una caja y lo promocionó con toda energía. Nombre, embalaje y publicidad hicieron el milagro. En algunos años, la marca Sunlight se había difundido por toda Inglaterra y sus ventas pasaron de 3.000 toneladas en 1886 a 60.000 toneladas en 1910. En 1894 se sumó a este éxito espectacular la segunda gran marca de Lever: Lifebuoy. Después le siguieron nuevas marcas como Monkey Brand, Vim y Plantol. En 1899, Lever lanzó las escamas Lux (nombre que también surgió de la mente creativa del agente de patentes de Liverpool). 
 

A principios del siglo xx -explica W. Ollins-, Lever ya se había establecido en Gran Bretaña, en el imperio británico, en Europa y hasta en Estados Unidos como vendedor decidido Y eficaz de productos del hogar por medio de un sistema de marcas.